Campamento Minero

Los Castro Visigodos se encuentran en el paraje de la Legoriza a 2 Km de San Martín del Castañar

Entre 2004 y 2008 tuvieron lugar la excavaciones , a través de Campos de Trabajo, subvencionados por la Junta de Castilla y León, al frente el director Don Jose Antonio Gómez Gandullo, descendiente de San Martín del Castañar.
Se halló, una aldea visigoda datada en el siglo VII. No es un poblado de pastores sino un campamento minero donde se encuentran pruebas de actividad metalúrgica (Escorias, pizarras «contables» del mineral extraído..)

De minas de hierro cercanas, como podría ser quizás la Cueva de La Mora, se extraía el mineral y se llevaba con caballería (¿a lomo o con carro?) hasta este campamento, donde era fundido. Parece ser que también se le daba forma (herramientas, herraduras, armas…).

Se encontró numerosas pizarras grabadas, con números, algún texto y dibujos como la pizarra de «Polifemo» que representa un personaje de un solo ojo

Una explicación de esas pizarras podría ser la contabilidad del mineral acarreado por caballo o trabajador. De hecho, José Antonio hizo hincapié en que queda mucho que investigar en este yacimiento, y que queda la pregunta de la «tesorisación»: ¿Donde está el dinero generado por esta industria? Ya que no existían bancos, se tenía que guardar en algún sitio

Una investigación más exhaustiva de un poblado del que se ha excavado solo una pequeña parte, podría traer más descubrimientos y sorpresas

Estructura de la aldea

Menos un edificio que rompe los esquemas con su forma circular, las casas tienen una forma rectangular. Algunas con una superficie amplia de 15 o 20 metros cuadrados. otras como «habitaciones adosadas» que llaman la atención por su pequeño tamaño (4-5 metros cuadrados) y la estrechez de su entrada (Uno tiene que entrar casi de lado). Parece ser que más que para vivir en ellas, tenían la función de taller y almacén

No se trata de un poblado con sus calles bien marcadas y sus casas ordenadas, sino de grupos de edificios alejados entre sí, sin orden preconcebido, y que han ido surgiendo según las necesidades.

Encontramos también restos de una empalizada que servía a guardar y proteger los caballos, y apartado de las casas, un sarcófago-horno que habría servido a la fundición del hierro